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Por la herida entra la luz

Por la herida que tengo entra el aire y corre la sangre. Por los golpes y bandazos, me he revelado y fortalecido. Por las imposiciones, aprendí que nada es cierto. A base de prejuicios, quebré todas las reglas. Lo que me impidió, me hizo buscar otro camino. Lo que me negaron, más arduo lo luché. Por la cicatriz soldada amo hoy más las caricias. Por aquellos páramos oscuros, ahora siempre busco la luz. Que no entendía antes de ayer que el dolor nos convenía. Que no podía ver, que de lluvia se hace un arcoiris.

Amó como nunca se ha amado

Y amó como nunca se ha amado, creciendo en cada nosotros, rebuscando en cada yo. Y besó los labios sin posesiones, sin querer eternidades ni flagelos, sin aferrarse ni perderse. Creció Amor entre dos almas, hizo mágicos recuerdos de futuro agazapados en la incertidumbre. Un hombre solo perteneciendo a sí mismo, sin necesidades ni requerimientos, entero y completo, maduro, hebra de calabaza deshilachada por la vida, pero sin daños ocultos ni gestos pensados. Una fuerte mujer entera, construida  de patrones rotos y pespuntes. Sin amarres ni necesidades, sin prejuicios ni aferrarse. Universo quiso juntar estrellas con galaxias, y bregar barcas con remos forajidos. Azar quiso montar a la diosa en su trono, y al dios en su sensibilidad. El abrazo se eternizó sin pretenderlo, y la bola del tiempo se deshizo por parcas manos. Amor de poder insondable arrojado al piélago profundo. Amor que se hizo maduro y

Como soy hombre

Como soy hombre he de ganar la partida, como soy hombre, pagar una cena. Desde que nací, se me dijo:“eres fuerte”. Desde pequeño, se me negó la lágrima. Me dijeron que me querrían, que se acicalarían para mí. Sólo tendría que mostrar fuerza, sólo agasajar y seducir. Como soy un hombre no controlo mis instintos. Nadie me habló de mostrarme sensible, de preocuparme por otros. Ella lo haría por mí. Cuidaría de mis padres, de mis hijos y de mi casa: una “buena madre y esposa”. Yo sólo tengo que ser fuerte y trabajar. Sólo tengo que hablar de cosas de hombres. Como soy hombre he de ser lascivo. Como hombre no hablar de sensibilidad. Ni necesitar caricias, ni consuelo. He de mandar, y me obedecerán. Como soy hombre, he de mentir. Ella me vigila, ella me protege, ella me riñe si dejo la ropa tirada. Ella estará siempre ahí. Pero resulta que hoy se marchó. Ahora no entiendo, qué narices pasa. Las mujeres pagan a medias

Descubrirse

Descubrirse Descubrirse mirando hacia otro lado, de donde tú miras, y, entender, a base de suplicios y suspiros perdidos del alma, que me dueles, como duelen esos domingos en que mis amigas dicen, que, tristes, no pasa nada. Descubrirme, a mí misma, en un pozo del que no puedo salir, y las horas pesan como penitencia de un reloj que ya no corre. Se estancó el tic tac y mutó en digital, y no quiso cambiar los números, sino anclarse al vacío de un silencio establecido por decreto. Un vacío inmenso, tan pesado en los huesos, que creo que lo siento como enfermedad congénita para declarar ante mi médica. Señora, vengo por lo del "silencio". Veamos, me dice, hagamos radiografía. Sí, sigue aquí enquistado, habrá que operar de urgencia, pero debe usted tomar tres cajas de antibiótico, por si no remitiera. Vuelvo la vista a la receta y niego con la cabeza: "No, no se irá". No hay palabras tan

Madre no me quiere

Madre no me quiere, no nací varón, orgullo de estirpe no soy, ni se valora mi trabajo. Apenas me tengo en pie, y madre me carga de pesos Llevamos el agua al hombro desde bien lejos. Muchas abortan niñas en el pedregoso camino hacia la fuente. Sé que madre no me quiere, pues le estorbo y no le valgo. A veces, en la penumbra cuando todo oscurece les oigo hablar de mi esposo, de cuantos haberes tiene y si serviré a sus propósitos. Hoy vierto un río rojo de mi entrepierna. El miedo se hizo mi amigo y hoy de nuevo me acompaña. Hay revuelo, preparan fiesta. Son mis aciagas nupcias. He visto la foto del viejo que me tomará al final del día. A la noche, a veces, en la penumbra además de sangre, vierto lágrimas. El dolor insoportable se mezcla en mis enaguas con sudor hediento de viejo con babas. Madre no me quiere. Tengo ya tres faltas. Quiero que venga un varón, si es niña, entre sangre muerta nazca, que no quiero

Ser mujer

Me preguntas ¿Qué es ser mujer? No tengo la respuesta. Me inquieta más tu pregunta. Ser mujer no es vestir rosa ni llevar faldas. Ser mujer es ser fuerte, no amilanada. Ser mujer no es ser complaciente, mas bien valiente, empoderada. No es ser dócil ni sumisa, sino fiera y sensible. ¿Qué es ser mujer? ¡Y yo qué sé! Sólo entiendo que no son tus paradigmas: ni la dulzura, ni la obediencia, ni la gatita mansa a tu conveniencia. Ser mujer es dar gritos, y empujones de rabia, cuando nos humillas. Ser mujer es subirse a lomos de nuestra ira y escupirla. No es fragilidad, ni mucho menos. Ser mujer es cuidar mi cuerpo y disfrutarlo con quien yo quiera. Ni te atrevas a llamarme puta, porque disfrute cuando me parezca, es tu temor y tu miedo, no mi moral lo que te aterra. Ser mujer ¡qué se yo! ¿Qué puede ser? Habéis puesto tantos adjetivos para apagarnos, para encerrarnos para someternos. Nos habéi
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Y este miércoles publicaron una entrevista mía en el periódico local, La Rioja. Precioso titular y un trato exquisito por parte de Pilar Hidalgo, muchas gracias desde aquí. Se portaron fenomenal y pedazo de espacio que me dedicaron.