Azares


Quise buscar en el Azar,
pliegues predeterminados
y señales.
Quise encontrar en tu nombre,
cábalas, figuras y
retruécanos propios.
Azares que me dieran
la respuesta,
de cómo surcar tus mares.

Quiso Fortuna loca
avisarme del precipicio,
y traté de ignorar las señales:
el borbotón de ensordecedor sonido
que precedía a la cascada;
las gotas rubicundas de aguas
que salpicaban mi cara;
los alborotados pájaros
que sobrevolaban mi testa
inundada de melaza.

Quise intuir en nubes
las formas que prevenían
el terrible caos
que se avecinaba.

El buey que en estrofas
sus pezuñas zarceaba,
arrojando a lo lejos del camino,
el barro rojizo que levantaba.

El hombre herido
que huía y yo escapaba
de mi misma a brazadas.

Y quería encontrar respuestas
en las runas y en las hadas,
en gentiles tiradas de cartas,
donde no se hallaban.

Y quería hacer mágico y grandioso
como retazo de película
bien planificada,
el final de mis desvelos.

Y hallé todo...



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