Como soy hombre
Como
soy hombre he de ganar la partida,
como
soy hombre, pagar una cena.
Desde
que nací, se me dijo:“eres fuerte”.
Desde
pequeño, se me negó la lágrima.
Me
dijeron que me querrían,
que
se acicalarían para mí.
Sólo
tendría que mostrar fuerza,
sólo
agasajar y seducir.
Como
soy un hombre
no
controlo mis instintos.
Nadie
me habló de mostrarme sensible,
de
preocuparme por otros.
Ella
lo haría por mí.
Cuidaría
de mis padres,
de
mis hijos y de mi casa:
una
“buena madre y esposa”.
Yo
sólo tengo que ser fuerte
y
trabajar.
Sólo
tengo que hablar
de
cosas de hombres.
Como
soy hombre he de ser lascivo.
Como
hombre no hablar de sensibilidad.
Ni
necesitar caricias, ni consuelo.
He
de mandar, y me obedecerán.
Como
soy hombre, he de mentir.
Ella
me vigila, ella me protege,
ella
me riñe si dejo la ropa tirada.
Ella
estará siempre ahí.
Pero
resulta que hoy se marchó.
Ahora
no entiendo,
qué
narices pasa.
Las
mujeres pagan a medias,
y
si me acuesto con ellas,
quieren
que me vaya de su casa.
Nadie
me lava la ropa,
y
tengo que llorar solo en casa.
Hay
hembras que mandan,
y
no me hacen caso en nada.
¿Qué
narices pasa?
Nadie
se ocupa de mí
estoy
solo y no tengo nada.
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