No vamos al mismo lugar
Es el mismo viaje,
pero no vamos al mismo
lugar.
Ya quemé los barcos
y abandoné los “debería”.
Ya dejé de lado los
“podría”,
y los cambie por
“¡adelante!”.
Mi viaje y tu viaje,
los dos a la deriva,
pero yo piloto mi nave
nadie la guía.
He cruzado más puertas,
he roto más barreras,
y comprendido antes que tú
los finales que se venían.
Es el mismo viaje,
pero no vamos al mismo
sitio.
Y, aún así,
creía aprendidas las
lecciones,
y, al repetírmelas la
vida,
volví a ser frágil,
volví a estremecerme.
Aún se hizo más profundo
el entendimiento,
de que no habrá un
mañana,
que el mañana es hoy.
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