Azahar
Un estremecimiento me
recorre
cuando la delicadeza de
tus dedos
se posa en mi nuca
y se desliza,
tan despacio
y tan cadente
que puedo sentir las
líneas
de las huellas de tus
manos.
El calor de dos cuerpos
que,
empezaron fríos a querer
acercarse
y generan energía solo al
roce,
como una dinamo de
fricción.
Tu mano posada en mi
vientre
y la respiración
entrecortada
al unísono.
La interrogante de a dónde
irán tus labios
en su próxima parada...
La humedad envolviéndolo
todo...
Puedo oler tu cuerpo,
puedo sentir el azahar
de tus campos
y mis tierras...
llamándose desde el
universo
queriendo ser uno.
El perfume hecho carne,
embriagando de gotas
de almíbar.
La miel que brota de tus
entrañas
y despierta mis yermos
campos
a la primavera,
y destila del naranjo
amargo
la más dulce de las
esencias.
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