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Mostrando entradas de noviembre, 2013

Coqueta mujer de velo

Coqueta mujer de velo, descubres tu cara hermosa, despejas las dudas de quien eres y vuelcas el pudor en el espejo. Pintas de colores artificiales como toda europea de colibrí los ojos de nácar párpados y uñas y sonrosas de magenta tus mejillas. Posas natural ante mi desprovista de artimañas, seria y firme, sola vienes. Adaptada forzosamente a las circunstancias de unos hijos a camino de dos mundos que no te entienden. Coronas de besos y tradiciones que no comprenden a tus retoños y soportas las miradas de desprecio ignorando un mundo que no es tuyo. Un esposo como te enseñaron. Mujer fuerte y encubierta. Fuerte y poderosa.  A la mujer árabe de al lado...

Acaso

¿Acaso te dará explicaciones el árbol o el bosque que contemplas? ¿Te hablará el río y las rocas? ¿Te escuchará la paloma o el gorrión? ¿Acaso habrá de cubrirse la belleza de palabras que la describan? Todo será innecesario con que sientas. Será porque es, sin bagajes ni adornos. Será el sentimiento, el que te sobrecoja. Innecesarias definiciones repletas de conceptos y matices. Todo quebrado y roto al amanecer cuando se expanden los sentidos y el momento se eterniza. Todo verbo se hará superfluo, toda interrupción molesta, al contemplar la vida.  

Sentir

Sentir sin ataduras, amar sin pensar, rasgadas las enseñanzas, sin pecados ni “debieras”. Desear solo al mirarse. Sentir que habla el aire que se interpone entre nosotros. Saber que, en otro mundo, en otro lugar, en sueños, en imaginarios, sin nadie más que nosotros, podría pasar todo, sin decir nada. Saber que al roce de tu mejilla, estallan mundos en mis entrañas. Y que los actos mundanos, como saludarte, como reírnos, como mirarnos, son todo lo que existe. Jugar al pecado de algo que no debiera ser.  

El misterio más grande

He olvidado tu pasado y el mío entre tus brazos. He recogido las hebras de amores rotos y he tejido un nuevo futuro. Amarrados a la luz brillante hemos olvidado los miedos. Miedos a un nuevo fracaso, miedo a darlo todo y perderlo. Renovadas esperanzas de secretos confesos y ojos mariposeando entre tus labios y tu mirada. Al caer todos los muros y derrotarse los sentidos Amor se ha colado en las entrañas. El misterio más grande que de todos se apodera. Cuando nada es como debiera y nada nos importa. El misterio más grande es... el Amor. No se ha acabado el quererte.

Encuentro

No sé si fue el momento, el lugar, el azar más puro, nos colocó en aquel rincón chiquito del tiempo. Escudriñando tras las gotas quebradas del bar del momento. Sutil se deslizó tu eco a mi mirada, y derrumbé barreras de complejos atoradas. Se escabulló el reloj entre los alientos, y se hizo un todo el azucarillo entre tus dedos, temblorosos dedos.

Dorados amaneceres

Anhelo salir de la sombra oscura de mi aura, huir fugaz del sátiro momento que se agarrota, y cubrir los momentos de lazos azules, y el viento de silencios de susurro. Recobrar las vidrieras de dorados amaneceres, y las risas fragantes de juventud, que, alocadas, fluían con el momento. Necesito la inocencia que recubría mis pestañas, el abrazo honesto que brotaba de mis brazos, la mirada al infinito que rellenaba de sentido mis lamentos.  

Y danzará la tierra...

Cuando la crueldad se haga más fuerte, aún te querré más, madero al que asirse en la tempestad; náufragos en mundos distintos. Cuando duela aún más el sinsentido, te llamaré, amigo. Aferradas a las esperanzas de las estrellas, seremos libres, crearemos otro camino. Perderé batallas y sanaré heridas, aún cuando sepa próxima otra caída. He querido construir un muro para cerrarnos frente al desvarío: tejen escalas, quieren desalojarnos de nuestro nido. Pero seguimos haciendo eco de tantos ruidos y proyectando música, con los latidos. Seremos más, buscando qué dé sentido a nuestras vidas, a los poemas, a lo perdido. Tendremos las alas abiertas, mirando al cielo, implorando no llueva, salga el sol embravecido. Y alzaremos vuelos, festejaremos amores consolidados, valores perdidos. Y danzará la tierra a nuestro paso, los pies batidos, levantando el polvo rojizo de arrojo y sentido.

Cúpulas de Hielo

Voy a teñir nuestros amaneceres y las noches de vidrieras policromas porque deseo que el ánimo mío viva cada experiencia de corazón. Voy a cubrir de besos tus noches, y arroparte en duermevela para que Amor pueda engullirnos. No invoco ni pido nada a diosas ni dioses que nada pueden en tierra, necesito que seas tú y yo quienes construyamos un nido para resguardarnos, de la tormenta y la lluvia, de los aguaceros, de las mentiras y malos pensamientos. He creado cúpulas de hielo alrededor de mi piel para no sentir. He sembrado de gélidos vapores cada poro de mi corazón, para no dolerme, para no asustarme. He creído que todos eran como yo, y me equivocaba.