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Mostrando entradas de abril, 2014

Azahar

Un estremecimiento me recorre cuando la delicadeza de tus dedos se posa en mi nuca y se desliza, tan despacio y tan cadente que puedo sentir las líneas de las huellas de tus manos. El calor de dos cuerpos que, empezaron fríos a querer acercarse y generan energía solo al roce, como una dinamo de fricción. Tu mano posada en mi vientre y la respiración entrecortada al unísono. La interrogante de a dónde irán tus labios en su próxima parada... La humedad envolviéndolo todo... Puedo oler tu cuerpo, puedo sentir el azahar de tus campos y mis tierras... llamándose desde el universo queriendo ser uno. El perfume hecho carne, embriagando de gotas de almíbar. La miel que brota de tus entrañas y despierta mis yermos campos a la primavera, y destila del naranjo amargo la más dulce de las esencias.

Erótica

La puse en el alféizar de la ventana, para que, si lo deseaba, oteara el vecindario. Muñeca de formas voluptuosas, despechada por otras niñas, porque, la muy osada, pretendía relaciones con los hombres. Miraba a mi chico, vigilaba. Cuando me tocaba, en las noches, ella copiaba... Y deslizaba sus manitas regordetas por sus labios y sus pechos. Podía sentir sus ojos más abiertos cuando él me desnudaba. Y entreabría los labios anhelante de lujuria cuando nos besábamos. Al resto, mi muñeca, no les cuadraba. Cuando cerraba la puerta, estoy segura, jugaba con su cuerpo y lo investigaba. Sé que se deleitaba en ensoñaciones prohibidas y se humedecía pensando en él. El vaho empañando la ventana me lo confirmaba. He decidido preguntarle si quiere que le traiga un muñeco a su nivel, al que desee y satisfaga porque desconozco sus gustos y no quisiera defraudarla. Tiene derecho a amar y que la abracen

Agarrar a la muerte de la mano

Hoy he agarrado a la muerte de los dedos y he cruzado la frontera del silencio. La ausencia de vida de tus ojos pendía como una promesa y sosteniendo tu cabeza que caía he sentido lo frágil de la vida. Me he jurado entre dientes que no dejaré escapar un segundo. Me he jurado que no habrá más sinsentidos en mi vida... y sé que me miento... que volveré a huir de lo que siento. Que cerraré de nuevo puertas y dejaré que el miedo se apodere. Pero, hoy, amigo, he visto la muerte. He podido oler el vacío y sentir la nada. Hoy, amigo, he tenido miedo de verdad y me he jurado, que no pasará un día sin que te confiese qué es lo que siento... y sé que me miento.

Muñequita

Muñequita de trapo, voy a vestirte de fiesta, para que conquistes al príncipe. Ven, mete la manga, ¿no sabes? Yo te ayudo. La falda es muy corta, ¿le gustará al príncipe? Ven, muñequita, voy a limpiar la sangre, y a curar heridas que te hizo el hombre malo. No llores muñequita, que le gustarás al príncipe. No lo cuentes a nadie, solo es sangre bajo la tripita. No le cuentes nada a mamá, se enfadará y te dirá “¡mentirosa!”. Ven, muñequita, te arrancaré el vestido, y te pondré andrajos y la cara fea, llena de pintarrajos... te cortaré el cabello, y quitaré los lazos y así, ni el príncipe, ni el hombre malo, te harán más daño.

Otro yo en paralelo

No espero a nadie, que me venga a salvar, ni que se adueñe de mis tiempos. No quiero un hombre que me mande, ni que sepa qué pretendo. No quiero compresiones ni caricias en mis lamentos. Quiero ser contigo otro yo en paralelo. Divergente, ausente, unida, fuerte. Quiero partes compartidas, no amores pegajosos. No necesito tu presencia a todas horas, ni que controles mis devaneos. Que falles, que rebrotes, que me quieras y compartas tus anhelos. Te acompaño, si deseo, me voy sola si lo quiero. Sin reproches sin enfados sin órdenes. No somos ejército. Solo quiero... otro ser en paralelo.