¿Dónde se fue la lozanía?
¿Quién ha privado de su lozanía la
rosa
que ayer fragaba su aroma?
¿Quién ha secado tu rostro con
arrugas
y muecas enjutas?
¿Quién robó el rubor de tus mejillas
que antes saltaban por meras miradas?
¿Quién dejó yermo el cauce de un río
donde antes saltaban los peces?
¿Quién, en su locura indómita,
ha dejado correr las cosas y las
perece?
Es el tiempo, traidor que se escurre,
como arena de reloj.
No importa cuánto entiendas
que se va,
no importa,
cuánto intentes atraparlo,
devorarlo.
Continúa inexorable su paseo
por veredas ignotas
y verdes prados.
Subes a lo alto de la noche
a contemplar cuan pequeño eres,
y preguntas a cada estrella
qué sentido tiene todo.
Se resquebrajan las dudas,
cuando entiendes que nada importa,
y al mismo tiempo,
cuánto significa cada instante.
Es el tiempo, taimado amante.
que no perdona a nadie.
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