No importa cuanto caiga

Que mi amor por la vida,
se empecine,
se estruje,
se aliente con tus cuitas.
Los velos de la ilusión,
marchitada con venenos,
no me afecten,
no me hieran,
no me maten.
Recaiga una y otra vez,
adormecidas mis rodillas,
de incomprensión,
de vacío,
de mi alma ensangrentada,
y pueda volver a mirar al cielo
y, entienda,
que no importa cuanto caiga.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Por la herida entra la luz

Amó como nunca se ha amado